España en 1936 presentaba un
horizonte poético de gran magnificencia. Consecuencia de la Guerra Civil, la
muerte o el exilio de cantidad de poetas y debido a la represión en todos los
ámbitos, fundamentalmente en el ideológico y cultural, la poesía vive ciertos años
de inmovilismo, aunque pronto se abrirá camino.
Sobre 1936 surge un grupo de
poetas, la generación del 36, estableciendo una continuidad de la poesía. En
sus inicios presentan características comunes, como, por ejemplo, la adoración
a Garcilaso, la revaloración del clasicismo, la visión intimista y
religiosa del mundo. Miguel Hernández pertenece a este grupo
cronológicamente, porque su creación parece una síntesis de la estética del
grupo del 27.
Al triunfar el franquismo y la
instauración de la dictadura surgen, en la década de los cuarenta, las primeras
revistas, que reflejaran un panorama poético plural, aunque con un matiz existencial
centrado en las cuestiones últimas – la soledad, la angustia, el desarraigo, la
muerte -, proyectándose hacia una realidad absoluta – del hombre hacia Dios –
con una pujante poesía religiosa y la creación clásica como el soneto.
Una nueva etapa se abre en los
años cincuenta. La Antología consultada de la joven poesía española revelando
la existencia de una poesía social, testimonial, apareciendo como evolución de
la desarraigada década anterior. Con una objetiva poesía denunciaba la realidad
social imponiendo el silencio mediante una férrea censura. Blas de Otero
reconocido por su calidad, iniciará la poesía existencial, firme defensor de la
corriente histórico – social y acabará con una integración y renovación de la
palabra poética.
Los poetas de los años sesenta
consolidan una tendencia de experiencia personal y la poesía la consideran como
un modo de conocimiento. Recuperan el significado de la palabra poética y
cultivan la ironía y la parodia.
A principios de la década de
los setenta surge un nuevo grupo, los novísimos, promulgando la ruptura
de los preceptos éticos y estéticos de los dos grupos anteriores. El lenguaje
es importante para la poesía. Crearán una poesía experimental, culturalista, aferrada
en las vanguardias europeas imperante en toda la época y alcanzando a poetas
posteriores.
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