Vestida de nieve toda la
ciudad en Nochebuena. Se ofrece cobijo y comida caliente a los mendigos. Natividad
en la infancia y adolescencia como herencia familiar y revivida en el recuerdo,
dulce sabor. Cada año se renueva el Nacimiento: borra toda amargura. Más de dos
mil años de Adoración: villancicos, canción, alegre el corazón. El mal no tiene
poder ante la triunfante Epifanía. Recogimiento de Nochebuena; reposan los
corazones. Ansiosa Llegada; el alma halla la calma, el cristiano ofrece su
oblación, otro milagro, otra oración. Advenimiento del niño Dios que con proeza
rige todo el orbe.
“Este niño Dios dará libertad
a los oprimidos, sanará a los enfermos, traerá la verdad a los pobres”, reflexionó.
“¿Es amarga la Navidad?”, se
preguntó.
“Creo que no hay motivo”, se
respondió.