lunes, 19 de agosto de 2024

Francisco Ramón Blas Jara



Francisco Ramón Blas Jara

 

Nos volveremos a ver.

 

Angustiosa y trágica noticia

de un invisible demonio

llamado enfermedad

que en un tu último anochecer, padre mío

te arrebató cruelmente tu vida

dejándonos a todos los que te querían una gran herida

con la esperanza que también fue la dulce llamada

de un Amigo tuyo que en tu vida tanto admirabas.

Rayo de tormenta

atrapados los corazones que te quieren

lloran encarcelados en medio de la tempestad

en el diabólico sufrimiento

de tu ida, porque te vamos a echar mucho de menos.

Tinte de alegría en este gris día:

porque nadie duda

que en el paraíso descansas:

por tus cometidos hechos

en esta diabólica y divina vida.

Con tranquilidad podemos descansar todos nosotros

porque tu viaje es al merecido y bello paisaje lleno de eterna ventura.

El 15 de octubre de 2002

nuestro peor día de nuestra vida.

Desde hoy miro al cielo y aunque es el mismo

lo siento y lo veo distinto

creo que desde allí nos observas y ayudas

y cuando estoy solo, tu compañía noto.

En el doloroso hasta luego, estábamos todos:

repleta la Iglesia de las Salesas

no cabía más de tu gente en ella

muchos esperaban fuera.

Ha sido un símbolo tu muerte:

de tu humildad, sencillez, entrañable corazón

firme creencia cristiana y católica

para toda la humanidad de tu trozo de mundo y vida.

Todos orgullosos de ti te honramos.

¡Padre mío, amigo mío, hermano mío!

A pesar de las lágrimas

del amargo dolor por tu perdida

e inmerecida ausencia

gritamos todos en silencio

desde nuestro herido interior

en esta efímera despedida

esperando al eminente día:

todos te decimos hasta más ver.

Francisco Ramón Blas Jara,

“Hilario”,

¡Padre mío, amigo mío, hermano mío!

Nos volveremos a ver. 


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