Intemperie (Sapere Aude,
Oviedo, 2021) Poemario bucólico y de la
experiencia. Sin duda el poeta, con el paso del tiempo se vuelve pesimista, debido a lo agrio del mundo. El poemario rico en vocabulario, contiene versos luminosos
sobre la naturaleza, el trovador se funde con la fronda, la maleza…, el rapsoda se
comunica con la flora y la fauna, como el humano se comunicará con la
inteligencia artificial. Demiurgo naturalizado. Sin darse cuenta el poeta nos
acerca a la divinidad, siendo protagonistas el poeta y la naturaleza. También
hay cabida para lo urbano, como una pequeña Babilonia donde soñamos con la
libertad. Solumbre llegó a mis manos en el año 1993. Y pensé, ¿seré capaz de
escribir esta poesía que golpea mi sensibilidad? Con Intemperie me ha sucedido
lo mismo. Aunque claro, cada poeta tiene su voz, sin llegar a ser epígono. La
palabra crea, la palabra destruye. Pensando en Zerón, tiene más milagros a su
alcance. Es un poemario que arde en la noche iluminándose, llegando a ser un
claro día. El bardo nos habla también del don y la maldición de ser padre. Hay
un sentido poema de homenaje. Los poemas finales enternecen. Unos versos para
animar al lector en el buen sentido: “Es duro el amanecer para el inocente”
“Palabra incandescente, demorada, vuelo silencioso de pájaro herido” “Donde
volver los ojos sin encontrar espinos que desgarren la mirada”
Francisco José Blas Sánchez
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