viernes, 13 de septiembre de 2024

Nacimiento del cristianismo en el Imperio Romano

 

 

Nacimiento del cristianismo en el Imperio Romano.

De los distintos grupos religiosos procedentes de la cuenca oriental del Mediterráneo hallamos a los judíos, herederos de la tribu de Juda y creyentes de una religión fundada en un texto sagrado, recogido en el Antiguo Testamento de la Biblia que amparaba un monoteísmo trascendente alejado del politeísmo oficial. Fueron aliados del pueblo romano desde las guerras contra los Seléucidas siglo II a. C., tolerando su culto durante los primeros tiempos de la autoridad romana. Las relaciones entre judíos y romanos se deterioraron. Con la incorporación de Judea como provincia romana en el 6 d. C., dando inicio a severas persecuciones por parte de emperadores romanos.

Los textos literarios latinos muestran una imagen de los judíos que ponen de manifiesto el rechazo de sus costumbres y creencias por parte de los romanos de formación pagana. Tácito advierte el riesgo que supone para la estabilidad de la mentalidad romana.

Aunque un grupo de judíos asumió la doctrina del Nuevo Testamento creyendo en Jesús desligándose del judaísmo primitivo tradicional. Son los designados cristianos, considerados por los romanos como una mera secta judía. Existió una hostilidad mutua entre los judíos tradicionales y los cristianos. Nerón culpó a los cristianos del causante incendio de Roma de 64 d. C., por ello fueron perseguidos los cristianos durante dos siglos.

Los cristianos fundaron pequeñas comunidades durante I al III d. C., primariamente en el norte de África de donde provienen los primeros padres: Tertuliano o Cipriano y ya en el siglo IV Agustín de Hipona, en la península itálica y el resto de la cuenca occidental del Mediterráneo, primero con hablantes del griego y más tarde con los latinos.

La disposición doctrinal del cristianismo occidental latino fue a fuego lento con una compleja exégesis e interpretación de los textos bíblicos gracias a la obra de los Padres de la Iglesia que rechazaban la cultura pagana de los primeros tiempos a la aceptación de muchos elementos de esta como instrumento para la formación del pensamiento cristiano. Se desarrolla entre el II d. C. con Tertuliano, hasta los siglos IV – V con Agustín de Hipona y Jerónimo. El cristianismo no es oficial hasta la redacción de la Vulgata por Jerónimo, encargada por el Papa Dámaso a comienzos del siglo V. Hubo tensión entre los cristianos y los paganos.

El protagonista del último intento de acabar con el cristianismo fue Diocleciano en el 303. Por lo que debido a esta persecución abdicó en el 305, esto ocurría en occidente, mientras que, en oriente en el 311, Galerio toleró la religión.

La persecución del cristianismo en el Imperio culmina rigiendo el gobierno Constantino instaurando la libertad de cultos. En el Edicto de Milán decretado el 313 se otorga la libertad religiosa a los cristianos y en el 325, en el congreso de Nicea, se zanjó que el cristianismo pasara a ser la religión oficial del Imperio.

Juliano (360 – 363) quiso instaurar el paganismo, pero su esfuerzo quedó en vano y el emperador Teodosio I (378 – 395) implantó el cristianismo como la religión del Imperio.

Francisco José Blas Sánchez, poeta y escritor.


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