Algunas de las principales
causas:
Sintaxis oracional: del latín
arcaico al clásico se potencia, con el uso y matices de las partículas
subordinantes.
La disciplina jurídica como
protagonista en la vida social y política. El derecho exige enunciaciones
claras y precisas y en Roma arranca con la “Ley de las doce tablas”, cuya
redacción podría haber sido hacia la mitad del siglo V a. C. La creación de un
corpus jurídico latino que se prolongó durante todo el Imperio.
En la Republica la libertad
política dio lugar a que la palabra adquiriera una importancia determinante en
las decisiones, la oratoria (elaboración de discursos) y la retórica (la
codificación teórica de criterios de la elaboración de discursos) fomentó una
lengua con finalidad persuasivos, cuyo culmen en la época clásica lo representa
Cicerón.
Un lenguaje abstracto rico en
matices fue sobre todo gracias a los tres adaptadores de la filosofía griega:
Lucrecio con la doctrina epicúrea en un poema en hexámetros (De la
naturaleza de las cosas); Cicerón creando una prosa filosófica latina acuñando
terminología de los géneros literarios más aptos (diálogos, tratados); y Séneca
en la época imperial plasma su reflexión de inspiración estoica con su
colección de diálogos y cartas a Lucilio.
La literatura latina imita y
emula creativamente el modelo griego. Los poetas de la época clásica aprenden y
estiman a los autores arcaicos (Ennio, Nevio); Cicerón le interesa la prosa de
Catón, intentando superarla con los presupuestos estoicos; después Séneca reacciona
frente a la prosa de Cicerón; Catulo quiere emular la poesía alejandrina de
Calímaco siguiendo la estela de los poetae noui latinos; Horacio sigue más de
cerca la poesía de Arquíloco que guarda ecos de la poesía de Catulo, tomando un
camino diferente; Virgilio sin perder la antigua épica homérica, integra en la Eneida
una gran variedad de recursos, temas y formas literarias de la poesía
latina anterior.
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