Tributo y homenaje a José Luis
Zeron Huguet.
Como sabemos José Luis Zeron
Huguet fue fundador y director de la revista socio-cultural La Lucerna,
cofundador y director de la revista de creación Empireuma (codirige su mujer
Ada Soriano), fue también periodista y aunque recibió diversos estudios, debido
a su inquietud es devorador de libros y activista social; simplemente por
importarle la gente.
Tuve la gran suerte de
conocerle; sin duda fue un destino afortunado. Me dio su poemario Solumbre
cuando yo contaba con diecinueve años. En el citado poemario sin duda da cabida
a unos poemas herméticos. Como escribiría Miguel Hernández. Parafraseando a José
María Piñeiro en el prólogo del poemario Solumbre: “La naturaleza el yo
explorador del poeta la contempla en un espacio superreal”. Zeron quiere
escribir bien, le da importancia al significado etimológico de la palabra.
Podré equipararlo con grandes y célebres poetas. Admira al sabio y culto poeta
Antonio Ortuño Aguilar con su poemario Septiembre y Otros Días. José Luis usa
poemas bucólicos quizá por escapar de lo material de la existencia y expresar
sus sentimientos de forma natural, y en sus poemas hay experiencia. Pero Huguet
no es un poeta oscuro. Tiene en su creación poemas herméticos y también
transparentes y mezclados entre sí. A pocos he leído o escuchado decir (o quizá
a nadie, y si los hubiera que me perdonen) que Zeron es un poeta humanizado,
social, solidario con el prójimo. Ello se puede apreciar con su poemario: El
vuelo en la Jaula. En palabras de Manuel García Pérez: “Las palabras son antes
que la luz y El vuelo en la jaula es el sacrificio del silencio poético”. Como
dice un verso de José Luis: “el silencio es áspero”. Manuel García dice que la
palabra es epifanía del infinito debido a la novela de Broch, La muerte de
Virgilio. La epifanía está en nuestra razón, en nuestro sentimiento y antes de
manifestar ese infinito ya vive entre nosotros, nada mas por ser seres vivos.
En el poemario Anúteba (con
poemas también de su mujer Ada Soriano) como bien dice José Manuel Ramón: “el
paisaje se humaniza, la naturaleza se hace carne”. En Anúteba se nombra mucho
el elemento del agua, y lo siento como diría san Francisco de Asís: “el agua es
útil, humilde, preciosa y casta,” “y mis ojos interrogantes”. Para mí, el cenit
del poemario Anúteba es el poema titulado: Mis ojos descubren. Y el amor entre
ellos o el enamoramiento consumado de los amantes, el poeta y la poetisa lo
simbolizan con el rocío.
También vería la luz el
poemario Frondas. Leyendo últimos poemas de José Luis noto una evolución. Quizá
en algunos poemas se note en el poeta un tono gnóstico, pero tiene un fondo
bastante espiritual. Lo mejor que he podido aprender de José Luis Zeron Huguet es
crear una poesía menos transparente. Menos directa.
Para mí Huguet es un poeta
explosivo como también manso, entremezclado con estos dos adjetivos. José Luis
es un poeta de culto, erudito, y no cree en un poema banal. No cree en una
poesía que pueda gustar a la pandilla de los colegas y con el paso del tiempo
no trascienda. Él dice de sí mismo que es un escritor póstumo. Bueno y yo digo
que aún es joven. Huguet ha sufrido demasiada injusticia (obras que no le han
publicado a pesar de haber sido premiadas) Sus últimas obras son: el poemario Intemperie
(corregido al estilo juanramoniano) y el diario ensayo: A salto de mata,
premiado por Ágora. Tras el crepúsculo vendrá el amanecer. Roto el silencio
renace la existencia con la palabra.
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