viernes, 2 de agosto de 2024

Tributo y homenaje a José Luis Zeron Huguet

Tributo y homenaje a José Luis Zeron Huguet.

Como sabemos José Luis Zeron Huguet fue fundador y director de la revista socio-cultural La Lucerna, cofundador y director de la revista de creación Empireuma (codirige su mujer Ada Soriano), fue también periodista y aunque recibió diversos estudios, debido a su inquietud es devorador de libros y activista social; simplemente por importarle la gente.

 

Tuve la gran suerte de conocerle; sin duda fue un destino afortunado. Me dio su poemario Solumbre cuando yo contaba con diecinueve años. En el citado poemario sin duda da cabida a unos poemas herméticos. Como escribiría Miguel Hernández. Parafraseando a José María Piñeiro en el prólogo del poemario Solumbre: “La naturaleza el yo explorador del poeta la contempla en un espacio superreal”. Zeron quiere escribir bien, le da importancia al significado etimológico de la palabra. Podré equipararlo con grandes y célebres poetas. Admira al sabio y culto poeta Antonio Ortuño Aguilar con su poemario Septiembre y Otros Días. José Luis usa poemas bucólicos quizá por escapar de lo material de la existencia y expresar sus sentimientos de forma natural, y en sus poemas hay experiencia. Pero Huguet no es un poeta oscuro. Tiene en su creación poemas herméticos y también transparentes y mezclados entre sí. A pocos he leído o escuchado decir (o quizá a nadie, y si los hubiera que me perdonen) que Zeron es un poeta humanizado, social, solidario con el prójimo. Ello se puede apreciar con su poemario: El vuelo en la Jaula. En palabras de Manuel García Pérez: “Las palabras son antes que la luz y El vuelo en la jaula es el sacrificio del silencio poético”. Como dice un verso de José Luis: “el silencio es áspero”. Manuel García dice que la palabra es epifanía del infinito debido a la novela de Broch, La muerte de Virgilio. La epifanía está en nuestra razón, en nuestro sentimiento y antes de manifestar ese infinito ya vive entre nosotros, nada mas por ser seres vivos.

 

En el poemario Anúteba (con poemas también de su mujer Ada Soriano) como bien dice José Manuel Ramón: “el paisaje se humaniza, la naturaleza se hace carne”. En Anúteba se nombra mucho el elemento del agua, y lo siento como diría san Francisco de Asís: “el agua es útil, humilde, preciosa y casta,” “y mis ojos interrogantes”. Para mí, el cenit del poemario Anúteba es el poema titulado: Mis ojos descubren. Y el amor entre ellos o el enamoramiento consumado de los amantes, el poeta y la poetisa lo simbolizan con el rocío.

 

 

También vería la luz el poemario Frondas. Leyendo últimos poemas de José Luis noto una evolución. Quizá en algunos poemas se note en el poeta un tono gnóstico, pero tiene un fondo bastante espiritual. Lo mejor que he podido aprender de José Luis Zeron Huguet es crear una poesía menos transparente. Menos directa. 

 

Para mí Huguet es un poeta explosivo como también manso, entremezclado con estos dos adjetivos. José Luis es un poeta de culto, erudito, y no cree en un poema banal. No cree en una poesía que pueda gustar a la pandilla de los colegas y con el paso del tiempo no trascienda. Él dice de sí mismo que es un escritor póstumo. Bueno y yo digo que aún es joven. Huguet ha sufrido demasiada injusticia (obras que no le han publicado a pesar de haber sido premiadas) Sus últimas obras son: el poemario Intemperie (corregido al estilo juanramoniano) y el diario ensayo: A salto de mata, premiado por Ágora. Tras el crepúsculo vendrá el amanecer. Roto el silencio renace la existencia con la palabra.


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