jueves, 1 de agosto de 2024

Manuel García. Luz de los escombros (Germanía, Alzira)

 

Manuel García. Luz de los escombros (Germanía, Alzira)

Llegó un día de un invierno remoto, podría haber sido un día cualquiera, pero no, no fue ni mucho menos un día cualquiera. Realicé todas mis tareas rutinarias, hasta la llegada de una cita. En concreto: la presentación del poemario Luz de los escombros de Manuel García. Prólogo de mi querido y admirado José Luis Zerón Huguet, con ilustraciones de Roberto Fernández. Yendo al lugar donde nos reuniríamos me tropecé con José María Piñeiro, asido a su mano tenía el poemario de Manuel y me comentó que le venía mal asistir a la velada, que compró el poemario citado y que saludó a Manuel. Le dije: “Has hecho lo más importante: comprar el poemario”. Hablamos un poco y nos despedimos. Llegué, y cuál fue mi sorpresa, asistía mucha gente – algunas personas conocidas para mí – dio mucho gusto ver a tantas personas, toda una explosión poética. Hablaron Zerón, Manuel y Roberto sin cansar a nadie. Manuel nos leyó un escrito que puede ser una novela. Se emitió un video inspirado en el poemario de Manuel, dirigido por Luisa Pastor. Hubo un turno de preguntas al final de la presentación, algo que da mucho gusto, uno interactúa, participa en el evento. Pero, lo más importante que yo destaco, aparte de leer el poemario, que está muy bien, y goza de calidad literaria, lo más bello y profundo fue que recordara Manuel García a sus seres queridos, como su padre, su abuela… encontrando para ellos un personaje literario respectivamente, recordando su niñez, sus vivencias, lugares de Orihuela; como, la Lonja del pescado… alegrías y penas vividas, todo ello con el común denominador de la literatura, el centro de nuestra vía láctea… resaltando la importancia de la lectura; valorando grandes nombres de las letras. Tengo que decir que no conozco mucho a Manuel, pero, sin duda es de lo mejor de Orihuela. Sé que ha estudiado mucho, que trabaja como profesor, no sé si se imaginan sus alumnos la joya que tienen. Dice Manuel que es aprendiz en el mundo de la literatura, pues, es sin duda un buen comienzo. Tiene ya varias publicaciones. Una de las cosas más bellas que he podido compartir son los escritos de personas imprescindibles para mí como: José Luis Zerón Huguet, Ada Soriano, Vicente Hernández, José María Piñeiro, Antonio Gracia, Antonio Durá, Antonio Ortuño, Blanca Andreu, Manuel García, “Sesca”, Javier Puig, Manoli y Atanasio. Que estos versos os despierten la curiosidad: “Los que llegaron conmigo nunca me dejaron solo, escapamos al zarpazo de luz constante, a la crepitación del roble, a quienes estrangularon las ramas en aquellos desahuciados atajos. ¿Quiénes exclamaron que entre nosotros no estaban los vivos?” En sus versos se aprecia lo bucólico y la experiencia. Su lectura no se hace difícil, es aparentemente transparente con rico léxico. Unos versos: “Quien escribe incendia balizas rasguñadas, hombres de paja, arrancados viñedos, flemas en la varga.” ”Una mujer reza ante los estériles granados… …la escritura dura lo que la fiebre.”  El poemario está dedicado a su querido padre. El poeta Manuel sobrevive en este apocalíptico mensaje de autodestrucción. En su poemario se hallan poemas sin título y está dividido en tres partes. En sus poemas está el yin y el yang. Aquí el demiurgo sobrevive en la contemplación. Me imagino a Manuel García diciéndose a sí mismo: mi trabajo es la lectura y así conquistaré el mundo.

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