Hasta el momento no sabremos
nunca certeramente cómo se convivía hace miles de años. En un tiempo en que el
humano vivía de forma cien por cien natural. Un humano libre entre los verdes
valles, caudalosos ríos y cuevas como hogar. Hablando de sexualidad, ¿cómo se
comportarían sexualmente nuestros antepasados?
En nuestra cultura europea hemos
heredado dos influencias: La Biblia hebrea y los textos de Grecia, La Ilíada y
la Odisea. Pero, ¿Qué ocurriría antes? ¿Cómo fue el comportamiento sexual hace
mucho, mucho tiempo atrás?
Es muy conocida la isla de Lesbos
relacionándose con las lesbianas. Aunque la palabra clave en la antigua Grecia
al referirse a ellas es tríbada. Con
este matiz es desenmascarada la ignorancia y la poca sensibilidad que existe en
nuestro coexistir. El sexo es lo más íntimo que poseen los hombres y las
mujeres. La modernidad no nos hace libres. En la época que le tocó vivir, por
ejemplo a Virginia Wolf, comenzó la revolución del sentir de la mujer,
existiendo un gran fuego machista quedando rescoldos hoy día. Como dijera
Simone de Beauboir: “una no nace mujer, sino que se hace mujer” O quizás se
nace mujer heterosexual u homosexual. Como bien dice en una de sus canciones
Luz Casal: “El amor es cosa de dos”. Nadie es propietario del amor, del sexo y
de la libertad”
En pleno siglo XXI no hemos
conquistado por completo la libertad. ¿A quién le importa que dos mujeres se
enamoren y deseen vivir juntas hasta que la muerte las separe? Hablando de la
muerte, en el contexto de la Biblia, quizá la muerte no separará a Ruth de
Noemí. Todos estamos interrelacionados, por muy solitario que sea uno, y
contamos con el derecho de lo privado como bien recoge la Constitución. Una
tercera persona no debe ponerse en medio de una relación de amistad, amor y sexual,
en este caso en concreto dos mujeres. En lo que se refiere a la fe lo único que le importa a Cristo es una
alma limpia. En mi opinión el amor lésbico y gay no es pecado. ¿Estarán
incluidos ellos también en las bienaventuranzas? Ser religioso no es
incompatible con el sexo. He ahí a los protestantes y ortodoxos. Esto es como
decir que un ateo es una mala persona.
Como dice una canción de Mecano, en
voz de la cantante Ana Torroja “una rosa es una
rosa es”. Hemos avanzado mucho en la ciencia y en la tecnología y nos
queda un mundo por descubrir en el ámbito espiritual. Vivimos en un mundo
caótico, amargo y ciego porque todos nosotros no amamos a Dios y al prójimo y,
caemos en la trampa del prejuicio simplemente porque se aman dos hombres o dos
mujeres. ¿Que no es matrimonio? Bueno, pues es una unión. El amor es libre y
hoy en día todavía el humano es un esclavo de sí mismo. Como dice una canción
de Joaquín Sabina “las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela
Vargas…” Amar no es una amargura y si una asignatura pendiente. Amar es
heterogéneo y homogéneo. El amor es libre, como también la condición.
Francisco José Blas Sánchez
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