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El buen profesor nunca deja de
estudiar, así, el buen escritor no deja de leer, para ser un notable escritor
nunca se debe dejar de leer. Liberto eligió estudiar lo que mejor resultara para
él: Teología y Filosofía. Las virtudes cardinales son la prudencia, la
justicia, la fortaleza y la templanza. Fueron enunciadas por Platón e
influyeron en el pensamiento cristiano. Las virtudes teologales son: fe,
esperanza y caridad. ¡Cuánta ignorancia podemos atesorar! Santo Tomás de Aquino
comentó mucho a Aristóteles, estaba muy influido por él, aunque si debía dar la
razón al cristianismo lo hacía. En nuestro mundo ambiguo existe lo moral, inmoral
y lo amoral, así como, lo ético, poco ético y lo nada ético. Liberto
últimamente estaba estudiando mucho, sin dejar de leer, para darles una buena
educación a sus hijos. Una educación basándose en la ciencia y las humanidades.
Penélope también participaba a pesar de los deberes y trabajos del hogar. La
familia de Liberto sanaba su alma atormentada. Nada existirá para dañar su
alma, nada ni nadie puede o podrá hacerle daño a su alma, su alma intacta
viajará al paraíso prometido. Todas las almas creyentes harán su periplo al
cielo. Lo mejor que puede hacer el alma de poeta es aportar al prójimo poesía. Pensando
en canciones, escucharía canciones que le gustan eternamente. Por ejemplo: Like
a Prayer de Madonna. Escuchando las canciones de los ochenta, Liberto, sentía
amor por la vida. ¿Y es que no hay nada más importante sino el amor? Liberto pensaba
que la teología y la moral te acercan a la verdad más que la filosofía y la
ética. Él sufría a un enemigo amoral. Sin embargo, debía cumplir obediencia, y
no odiaba a su enemigo. Consideraba Penélope que los abusones y acosadores eran
malas personas, en cambio, Julieta pensaba que estas personas tenían problemas y
les hacían atentar contra el prójimo. Liberto cree que estudiar teología y
filosofía te acerca a la virtud, a realizar buenas obras y así alcanzar la
felicidad. Conseguida esta felicidad se hace el bien. O haces el bien para
alcanzar la felicidad. Con la teología y la filosofía se lucha contra el
nihilismo y el relativismo. Amando a la sabiduría, vives en el amor. Tres escritores
enamorados (ha habido más) estuvieron en la cárcel: Miguel de Cervantes, San
Juan de la Cruz y Miguel Hernández. Sólo su cuerpo estaba preso, en cambio, su
alma volaba con libre albedrío. Únicamente lo material de su ser y su
existencia estaba preso, sin embargo, toda su espiritualidad era libre. Plasmaron
en papel su amor a la creatividad, su amor al prójimo. El alma enamorada de un
escritor lo da todo. No hay barrotes ni cerraduras para cercenar la libertad de
la mente de un escritor que sueña despierta y crea su realidad. El escritor
enamorado y en apuros se aferra a los virtudes cardinales y teologales. Liberto
ha llegado a sentir temor por ciertos escritos realizados coincidiendo con
José, el escritor. Aunque con el tiempo se disipa ese temor. Liberto junto con
sus amigos literatos era de los que luchan con la palabra para defender la
verdad. Combaten contra la neolengua. La palabra crea vida, crea mundos nuevos,
nombra aquello que olvidamos o ignoramos. Las palabras nos guían en la vida.
Para un alma rota o atormentada la palabra es medicina. Bálsamo.
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