13 de enero
Cuando recuerdo la vil, cruel
e inhumana Guerra Civil española, me acuerdo de los sacerdotes y monjas
asesinados cobardemente. Pensando en artistas de aquellos años rememoro cuatro
nombres: Federico García Lorca, Antonio Machado, Miguel Hernández y Juan Ramón
Jiménez. En nombre de la dignidad humana escribo esta inspiración de Federico
García Lorca: “El estado de inspiración es un estado de recogimiento, pero
no de dinamismo creador. Hay que reposar la visión del concepto para que se
clarifique. No creo que ningún gran artista trabaje en estado de fiebre. Aun los
místicos trabajan cuando ya la inefable paloma del Espíritu Santo abandona sus celdas
y se va perdiendo por las nubes. Se vuelve de la inspiración como se vuelve de
un país extranjero. El poema es la narración del viaje. La inspiración da la
imagen, pero no el vestido. Y para vestirla hay que observar ecuánimemente y
sin apasionamiento peligroso la calidad y la sonoridad de la palabra…” ¡¡¡Que callen las armas y hablen las palabras!!!
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