La ley mosaica enseñaba el
respeto al prójimo, al primer jefe, al hermano israelita: “Amarás a tu prójimo
como a ti mismo”, pero también al extranjero. Al ser interrogado por un doctor
de la Ley, Jesús responde que la salvación está en el amor a Dios y al prójimo:
para determinar la intimidad de este último, cuenta la parábola del buen
samaritano. Jesús muestra que todo hombre “que practica la misericordia” se
convierte en el prójimo de otro, e incluso llega a predicar el amor hacia los
enemigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario