El trabajo de la arcilla se
remonta a una época muy antigua. Pisada, mezclada con arena o piedra caliza
triturada, los alfareros la trabajaban en el horno, confeccionando objetos de utilidad
y figurillas de hombres o animales. La Biblia compara al Dios creador con el
alfarero y al hombre con una vasija de arcilla.
Literatura: Pierre Emmanuel,
Babel, 1952: imagen del Dios – alfarero trabajando la arcilla del Génesis y de
Jeremías. “El hombre, eso en manos del alfarero que se ha vuelto loco y se
empeña en hacer de nada su obra maestra”.
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