El novio
El verso se hizo Verbo
visto desde el logos.
La palabra encarnó al novio
para preservar a la humanidad
hechura del alma
para la siega de los ángeles.
Comían y bebían los discípulos
¡oh, el vino de Cana!
días alegres, eminentes
hasta que se cumpliera la profecía.
Todo lo que enseñó el novio
lo vivían y predicaban los discípulos,
ágape crucificado
por quienes no quisieron
y no reconocieron al novio.
La sangre derramada
Raquel
llora por sus hijos,
cristianos llenos de arrojo
por el hontanar de la fe.
Francisco José Blas Sánchez
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