Ana Frank
El rostro bonito y femenino de Dios.
Rumores de guerra
ecos del pasado
la injusticia de la sinrazón.
He leído tu diario
es un fulgor de sentimientos
beso la fotografía de tu cara,
te quiero como si fuera tu padre.
Te decías
que querías ser alguien
en la vida,
eres una niña elegida, estás viva.
Todas las muertes
angustias, miedos, sin sabores,
condenaron tu infancia e inocencia,
aunque fuiste salvada
por el Amor
que colgaba en un madero.
Francisco José Blas Sánchez
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