Hermanos de la misma raza
“En el nombre de la libertad,
que Dios ha dado a todos los seres humanos, creándolos libres y
distinguiéndolos con ella.” Fratelli Tutti Francisco
Leyendo Antropología, que
estudia al ser humano, no puedo olvidar a los últimos y pequeños. El
indigenismo lo respetaron en su México postrevolucionario con su ideología para
la construcción nacional. Pensando en la xenofobia, hubo secuestros de niños y,
por racismo culparon a inocentes gitanos que resultaron ser chivos expiatorios.
En la expoliada África, donde unos se llenan los bolsillos; otros, obreros
pobres injustamente (nativos dueños de su diversa riqueza autóctona) que únicamente
su vestimenta es la única propiedad. El salvaje, el primitivo… les dicen,
incluso dudan de su capacidad intelectual, al ser el hombre blanco más fuerte y
con el poder de las armas, cazaban a los africanos, la crudeza de la caza al
hombre (El hombre acecha, escribió Miguel Hernández), llevados a América
como esclavos, para ser explotados, sin embargo, ellos, los afroamericanos nos
enriquecieron con su fruto debido a su dolor: el blues y el jazz. Los oprimidos
negros que aparecen en las páginas de Poeta en Nueva York de Federico
García Lorca. Los religiosos defienden en sus homilías a los olvidados, desheredados,
aun corriendo peligro en las amadas tierras de Hispanoamérica. La riqueza de unos pocos, contrasta con la desigualdad
de muchos. Mueren africanos cruzando el desierto, están en peligro por las
mafias que como vampiros les chupan todo el dinero que tienen para realizar su
sueño de llegar a Europa, magrebíes y subsaharianos ahogados en el bravo mar
Mediterráneo que es la tumba de la vergüenza. El comunismo fracasó y fracasa en
ciertas dictaduras, y pensando en el capitalismo debería de ser más humano y
fraterno.
Como hermano bailaré la Danza
del Sol con todos los indígenas, atribulados, perseguidos, olvidados,
desheredados… Rezo todas las noches mientras leo y escribo a la luna y a las
estrellas por ellos y no solo por mí.
De niño compuse un poema –
canción dedicado a la Virgen María pensando y sintiendo el miedo que sufrió la
Sagrada Familia huyendo a Egipto.
Reflexionando en nuestra
Madre, la aparición mariana más examinada y admitida por el Vaticano en África se
refiere a la de Nuestra Señora de Kibeho (Ruanda), donde la Virgen se
apareció a varias adolescentes en los años ochenta, avisando sobre pecados y
futuros sufrimientos, y pidiendo penitencia y reconciliación, con mensajes que
antecedieron al genocidio. Ellos, los habitantes de África, son los gran
olvidados.
Luchemos por la paz, aunque
suene cursi.
Todos somos hermanos de la
misma raza.
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