miércoles, 8 de diciembre de 2021

Lola Mascarell Nosotras ya no estaremos

 

Lola Mascarell

Nosotras ya no estaremos.

Narración trepidante, sucesivas descripciones del recuerdo, metáforas llenas de imaginación. Evoca a la niña que fue, rememora la infancia, aproximándose al mundo de los mayores que va descubriendo misterios que son para ella. Es una niña con mucha inquietud que poco a poco va descubriendo el mundo siendo práctica. Su imaginación se alimenta de historias que oye, otras que lee y un buen regalo que le hacen para desarrollar sus fantasías. La literatura es recuerdo. Un acontecimiento que sin remedio va a ocurrir la autora saca garra o gancho dándole a la tecla como clamando al cielo y se desahoga. No admite perder algo tan querido con mucha importancia sentimental. Aunque se contiene pensando en familiares queridos y recuerdos entrañables. La niña va revelando más a los adultos. Aprende algo importante sin darse cuenta, que le servirá para cuando llegue su futuro. Despierta en ella el conocimiento y también lo más íntimo. Se hace preguntas, impotente. No quiere perder algo tan valioso como las buenas vivencias o lo menos bueno o los secretos que están vivos en un lugar (y en objetos) que no quiere perder y se ha rebelado. Emanan los recuerdos de su amada abuela y su mítico familiar que no conoció – a mí me ocurrió lo mismo – la presencia de sus hermanos, los objetos vívidos que tiene la casa son muy apreciados, como los árboles que se plantaron y crecieron, la placidez antes de llegar el turismo y el tiempo remoto de la guerra. Nostalgia de la infancia y humor. Tragicomedia de la vida. La desgracia de la enfermedad al tener muchos años y lidiar con ella la niña y sus familiares. Llegado un momento en la novela se aprecia la fe, que es tratada con respeto. Sin nombrar la enfermedad aquejada por su abuela, la autora lo resuelve haciendo poesía, bellas metáforas bien construidas se leen en el relato. Nos avisa de un secreto, claro está que no pienso escribirlo. Lo que se nombra existe. La niña comienza a descubrir cosas que ignora, es normal, está aprendiendo. La alegría del primer amor; inocente y verdadero, y la tristeza de un hecho luctuoso que se le revelará a sus pocos años. Las figuras paterna y materna influyen en la vida de la niña. Humor, ironía, rabia y furia hacía algo que quiere y desea y no comprende el destino de perder lo que es tan apreciado. Los niños o niñas traviesos parecen ser más listos. La osadía de cometer una travesura y la inesperada culpa que se siente al ser pillada la niña in fraganti. Quedando en el recuerdo una pesadilla nocturna. Habla de la culpa. La autora se hace preguntas. La niña destaca, aunque, se topa con la crueldad que tienen los mayores por un pequeño problema sin importancia. La niña está descifrando lo que vive. Hay humor, te ríes, y el padre de la niña es un tanto excéntrico feliz. La niña se ha topado con su archienemigo, pero ella no va a rendirse tan fácilmente.

He conocido el alma de una gran escritora que también escribe poesía y el alma de una fantástica familia.

La novela no es hermética. Todo un relato excepcionalmente narrado. Una narración inconmensurable. Su apoteosis final, de ritmo frenético.


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