Lola Mascarell
Nosotras ya no estaremos.
Narración trepidante,
sucesivas descripciones del recuerdo, metáforas llenas de imaginación. Evoca a
la niña que fue, rememora la infancia, aproximándose al mundo de los mayores
que va descubriendo misterios que son para ella. Es una niña con mucha inquietud
que poco a poco va descubriendo el mundo siendo práctica. Su imaginación se
alimenta de historias que oye, otras que lee y un buen regalo que le hacen para
desarrollar sus fantasías. La literatura es recuerdo. Un acontecimiento que sin
remedio va a ocurrir la autora saca garra o gancho dándole a la tecla como
clamando al cielo y se desahoga. No admite perder algo tan querido con mucha
importancia sentimental. Aunque se contiene pensando en familiares queridos y
recuerdos entrañables. La niña va revelando más a los adultos. Aprende algo importante
sin darse cuenta, que le servirá para cuando llegue su futuro. Despierta en
ella el conocimiento y también lo más íntimo. Se hace preguntas, impotente. No
quiere perder algo tan valioso como las buenas vivencias o lo menos bueno o los
secretos que están vivos en un lugar (y en objetos) que no quiere perder y se
ha rebelado. Emanan los recuerdos de su amada abuela y su mítico familiar que
no conoció – a mí me ocurrió lo mismo – la presencia de sus hermanos, los objetos
vívidos que tiene la casa son muy apreciados, como los árboles que se plantaron
y crecieron, la placidez antes de llegar el turismo y el tiempo remoto de la
guerra. Nostalgia de la infancia y humor. Tragicomedia de la vida. La desgracia
de la enfermedad al tener muchos años y lidiar con ella la niña y sus
familiares. Llegado un momento en la novela se aprecia la fe, que es tratada
con respeto. Sin nombrar la enfermedad aquejada por su abuela, la autora lo
resuelve haciendo poesía, bellas metáforas bien construidas se leen en el
relato. Nos avisa de un secreto, claro está que no pienso escribirlo. Lo que se
nombra existe. La niña comienza a descubrir cosas que ignora, es normal, está
aprendiendo. La alegría del primer amor; inocente y verdadero, y la tristeza de
un hecho luctuoso que se le revelará a sus pocos años. Las figuras paterna y
materna influyen en la vida de la niña. Humor, ironía, rabia y furia hacía algo
que quiere y desea y no comprende el destino de perder lo que es tan apreciado.
Los niños o niñas traviesos parecen ser más listos. La osadía de cometer una
travesura y la inesperada culpa que se siente al ser pillada la niña in
fraganti. Quedando en el recuerdo una pesadilla nocturna. Habla de la culpa. La
autora se hace preguntas. La niña destaca, aunque, se topa con la crueldad que
tienen los mayores por un pequeño problema sin importancia. La niña está
descifrando lo que vive. Hay humor, te ríes, y el padre de la niña es un tanto excéntrico
feliz. La niña se ha topado con su archienemigo, pero ella no va a rendirse tan
fácilmente.
He conocido el alma de una
gran escritora que también escribe poesía y el alma de una fantástica familia.
La novela no es hermética. Todo
un relato excepcionalmente narrado. Una narración inconmensurable. Su apoteosis
final, de ritmo frenético.
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